La prisa

 




Sale de casa con una prisa repentina. Me esperan, creo que en algún lugar que desconozco me espera alguien, piensa. Quizá la persona de su vida. Quizá la respuesta. Quizá la calma. Sería lamentable llegar tarde a esa cita misteriosa; podrían pensar mal y las primeras impresiones son las que cuentan. Así que corre, baja los escalones de dos en dos, salta de un lado a otro, y mira en todas direcciones, nervioso, buscando.


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